Sevilla es de costumbres, de estampas de siempre. Sevilla y el sevillano -porque al final tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando-, están hechos a sí mismos por un calendario a medio camino entre las emociones y la razón, la devoción y la pasión. Los amigos de la caseta, la hermandad, el grupito de romeros con el cruzar las marismas y aquel con el que hacer estación de penitencia por entre las sombrillas de Matalascañas para ponerse en primera línea de playa.

Desde Castizo somos conscientes de ese almanaque mental del sevillano de pro. Y para ponerle la vida más fácil, hemos creado un contador para saber en todo momento cuántos días faltan para los momentos más especiales entre amigos.

Nuestro contador irá resaltando cuántos días restan para comer torrijas y cuántos para el Sábado de Pescaíto. También destacará otros ritos propios del sevillano, como los días que quedan para estirar la toalla en Matalascañas o los que quedan para estar de Rodríguez. En Castizo también tienen cabida otras fechas significativas, como el tiempo que nos queda para pisar el romero tras el paso de la Custodia del Corpus Christi, para atragantarnos con los polvorones y las uvas o con ese derbi sevillano que tantas taquicardias provocan los colores.

Castizo encontrarás un ambiente marcado por platos cartujanos y servilleteros de metal, donde el protagonismo de la cocina tradicional se entremezcla con cojines toile de jouy, paños de cocina, cazuelas de barro y vitrinas con la pesca fresca del día. El dominó, juego castizo por antonomasia, cuenta en nuestra barra costumbrista con su propio monumento en un mural donde se suceden a modo de teselas cada una de las piezas. Ahora, completa el ambiente ese contador Castizo para no perderse ni un perejil de lo que pase Sevilla.

En nuestra bar apostamos por las charlas de barra bulliciosa donde el camarero te tira la cerveza sin que la pidas. Por saber escuchar mientras sentencias con un ”eso es así” y por darle su sitio al primo de un conocido de mi amigo que sabe cómo darte la solución perfecta. Y, sobre todas las cosas, en Castizo ponemos en valor la cocina de toda la vida. Las de cazuela y loza. Las de servilleteros de aluminio y pañitos de cocina. La de guisos de cuchara y fritura variada. La de saber de un plumazo cuándo tomarse la próxima cerveza antes de cruzarse por el Real. Castizo y su contador te recordarán a cada segundo que el tiempo vuela pero que Sevilla es eterna.