Fusión del arte contemporáneo y artistas actuales en el restaurante Tata Pila
Un bistró andaluz caracterizado por su concepto reinterpretado de bistró francés en pleno casco histórico de Sevilla. Así es como se definiría el restaurante Tata Pila, en donde el grupo de restauración sevillano Ovejas Negras Company consigue mantener la esencia de este local y la contextualiza en el S. XXI y en la Sevilla actual, que en los últimos años está despertando de su clasicismo gastronómico y arquitectónico.
A menudo se piensa que un bistró es un restaurante elegante y sofisticado y, sin embargo, su origen está en los pequeños establecimientos, casas de comidas o tascas populares de Francia. Tanto es así que a lo largo del siglo XX se fue convirtiendo en un paradigma del estilo de vida parisina, plasmada en obras de arte y películas. Esto ha quedado grabado en el imaginario colectivo asociado a lugar de tertulia entre artistas y escritores o como punto de encuentro entre amantes que esquivan miradas y amigas que buscan debatir en femenino.
En este espacio, ubicado en un edificio regionalista andaluz, se descubre un local proyectado sobre una base tradicionalista de suelo de madera en espiga, sillones de terciopelo verde oliva o apliques de vidrio y latón, sobre la que se superponen los trabajos de los artistas locales con más talento del momento. También se combinan mesas rectangulares y redondas que facilitan el diálogo entre iguales, colores llamativos como el rojo o el verde en distintas áreas; así como baldosas hexagonales y azulejos rectangulares de aspecto artesanal.
Tata Pila destaca en sus paredes y carta el universo conceptual fresco y dinámico del ilustrador cordobés afincado en Sevilla, Pablo J. Rodríguez, también conocido como “Little”, quien expresa sus emociones y pensamientos cargados de contradicciones como el amor y desamor, las despedidas y los reencuentros, lo terrenal y lo mágico en sus trabajos. En ellos utiliza la tinta negra para dibujos sencillos que ofrecen su visión dual entre un adulto pequeño o un niño grande con emociones encontradas, entre las que destaca la felicidad y el miedo.
Igualmente, en sus paredes también se puede encontrar el universo glam y erótico del fotógrafo de moda sevillano Juan Delgado, quien con su estilo característico de luces contrastadas es capaz de captar en sus imágenes los deseos más ocultos.
Los espejos en diferentes perspectivas que visten sus paredes aportan intimidad y voyeurismo por partes iguales. Como particularidad, sobresale el interiorismo de sus toilettes, revestidos de flores, espejos y una cuidada iluminación. Dotar de personalidad propia a los aseos es ya una seña de identidad de Ovejas Negras Company, quien da protagonismo a los baños de sus establecimientos convirtiéndolos en lugares de reunión y perfectos photocall. Tanto es así que el propio aseo cuenta con un hashtag propio #tatapilatoilette, bajo que el que los clientes recuerdan su paso por el local.
Los revestimientos decorativos han sido trazados por estudio de arquitectura Persevera Producciones, artífice de los principales locales de la llamada nueva cocina andaluza. Así, junto a la perfecta ubicación en pleno casco histórico y la distancia próxima al río, se convierte en un lugar cosmopolita, moderno y dinámico en el interior que consta de una amplia terraza exterior acompañada por la presencia de naranjos que garantiza sentirse parte de la ciudad.
Su concepto gastronómico es fiel a la fusión reflejada a nivel decorativo en el espacio y destaca por una adaptación de recetas clásicas francesas con productos cien por cien andaluces. De este modo, se puede encontrar platos como Gambas al ajillo con alcachofas a la varigoulé o Presa ibérica con endivias confitadas con piel de naranja y salsa bearnesa, los cuales se degustan en un ambiente desenfadado más propio del concepto original de tasca popular de Francia.
Este espacio entronca inevitablemente con el concepto del tapeo andaluz y constituye un gran mix de sabores con mucho charme que es mejor vivir para entender. Destaca también su coctelería con voz propia con algunos ejemplos como el cóctel Flor de Jerez o Fernandito, hecho este último en base a brandy Fernando de Castilla, lima, hierbabuena, azúcar y soda.
Se trata pues de un lugar de encuentro para networking entre ejecutivos, reuniones entre diseñadores de moda o artistas del momento, grupos de amigas e incluso la “sociedad bloguera” de la ciudad, atraídos por su cocina, atmósfera distintiva o incluso su original toilette.
En definitiva, este bistró andaluz se caracteriza por una gastronomía fusionada asequible, localización accesible y decoración tradicionalista que recoge la expresión artística del momento, lo que sitúa a Tata Pila como el lugar de fusión de referencia entre arquitectura y gastronomía en el panorama actual sevillano.